Una tormenta de intereses y grupos de choque de Morena amenazan a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la máxima casa de estudios, la UNAM, por el próximo cambio de administración.
En esta agenda de cambios, Ciencias Políticas es vista como un botín por Patricia Guadalupe Martínez Torreblanca, la actual Secretaria General, quien comanda a un grupo de choque de profesoras violentas que operan campañas negras, dentro del campus, en contra de quienes no se les someten, y etiquetan como “enemigos”.
Son tiempos de conformación de alianzas y cofradías oscuras, con miras a controlar a una de las entidades más importantes de la Universidad Autónoma de México, por la naturaleza social y política de las carreras que congrega.
Patricia Martínez (profesora asociada “A” de tiempo completo) tiene un historial de conductas agresivas, en mancuerna con el jefe de la División del SUAyED, Adolfo Gracia Vázquez, egresado de la Ibero, recientemente favorecido con una plaza con menos de 8 años de antigüedad.
Este regalo a Adolfo Gracia (profesor asociado “C” de tiempo completo) rompe todas las reglas no escritas sobre los méritos e historiales académicos de la ética universitaria.
La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, con más de 12 mil estudiantes, y aproximadamente 1000 mil docentes, es un atractivo botín para Morena.
Ya conocemos la historia: se busca ideologizar y controlar a estudiantes y profesores, que tienen el perfil idóneo para movilizar comunidades.
Al grupo de Patricia Martínez se les considera “misántropas”, y está integrado por Sol Cárdenas Arguedas, Daniela Lemus Muñiz, Alicia Islas Gurrola, Miriam Vanessa Rendón, además de los operadores Almilcar Chavarría y Omar Chávez Bautista, actuales administrativos del SUAyED entre otras personas.
Se espera que en las próximas semanas se publique la convocatoria emitida por la Junta de Gobierno de la UNAM. Que el Supremo ampare a la comunidad de polakas porque entre aquelarres y hogueras seguro habrá un campo de guerra.