Zacatecas, Zac. – En un auditorio colmado de jóvenes soñadores, la voz de Oribe Peralta no fue solo la de un exfutbolista, sino la de un sobreviviente que ha sabido convertir cada caída en un nuevo comienzo.

La conferencia “Grandes Anécdotas: Una Historia Escrita con Letras de Oro Olímpico” se convirtió en algo más que un encuentro con un ídolo del deporte. Fue un viaje íntimo por los momentos que marcaron a un niño de La Partida, Coahuila, que soñaba con un balón y terminó escribiendo historia en Wembley.

La emoción desbordó cuando Peralta relató aquel episodio que pudo cambiarlo todo: una fractura de tibia y peroné a los 17 años. El silencio fue absoluto, algunos jóvenes bajaron la mirada. Pero fue ahí donde Oribe encendió la chispa de la esperanza: “Ese dolor me enseñó que mi mayor rival no era otro jugador… era yo mismo”.

No habló solo de fútbol, habló de batallas internas, de familia, de fe, de madrugadas sin dormir y de metas que a veces parecen imposibles. Con una mezcla de humildad y fuerza, instó a cada joven presente a armar su propio “once ideal” de aliados, a no rendirse nunca, y a entender que fracasar también es parte del camino.

Cuando terminó de hablar, los aplausos retumbaron como un gol en el último segundo. Pero lo más importante no estaba en el escenario, sino en los rostros iluminados del público. Muchos salieron diferentes a como llegaron: con una certeza nueva de que ellos también pueden escribir su historia.

El gobernador David Monreal Ávila, presente en el evento, abrazó la emoción del momento con un mensaje firme: “Hoy sembramos semillas de paz y sueños”. Su presencia fue un respaldo al mensaje de transformación que impulsa el Torneo de la Paz y el Bienestar, un programa que lleva el deporte y la esperanza a cada rincón del estado.

Oribe Peralta no solo compartió su historia. Regaló a Zacatecas un pedazo de su alma. Y con él, dejó claro que el verdadero oro no está en una medalla, sino en el corazón de quien se niega a rendirse.