La mañana de este lunes las calles de Chilpancingo, capital de Guerrero, amaneció desolada y paralizada, nadie quiere salir, no hay estudiantes en espera de transporte que los lleve a las escuelas.
La vida cotidiana se congeló a raíz de la ejecución de cuatro choferes de transporte público por el cobro de piso del crimen organizado, una de las formas más usuales de la extorsión, en la ciudad gobernada por la morenista Norma Otilia Hernández, la alcaldesa que fue captada negociando en un restaurante con un líder del cártel Los Ardillos.
Sólo en lo que va del año, los ataques a transportistas en Chilpancingo han dejado siete choferes asesinados, ayer fueron cuatro conductores de transporte público, uno de ellos incendiado en su unidad, en el estado gobernado por la morenista Evelyn Salgado Pineda, hija de Félix Salgado Macedonio.
La violencia contra los conductores de transporte público, como ha ocurrido recientemente en Taxco e Iguala, empezó a las 6:00 horas en la Avenida Juan Ruiz de Alarcón, donde hombres armados asesinaron a balazos al chofer de la ruta foránea Chilpancingo-Petaquillas.
De manera simultánea, en la Avenida Insurgentes, el chofer de una camioneta Urvan de la ruta Chilpancingo-Chilapa fue herido y murió cuando era atendido.
Tras los ataques consecutivos, el Gobierno de Guerrero informó que la Secretaría de Seguridad Pública, la Policía Estatal en coordinación con la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de la Defensa Nacional mantienen la presencia y vigilancia en distintas zonas y puntos carreteros de Chilpancingo con la finalidad de dar con los responsables y llevarlos ante la autoridad competente.