El presidente de Ucrania se anotó una victoria después de acudir a la toma de protesta de Javier Milei en Argentina, donde se encontró con su homólogo de Humgria, Victor Orban, quien eccedió a levantar el veto para que el país en guerra con Rusia forme parte de la Unión Europea.
A raíz de estos acontecimientos dan inicio las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia a la UniónEuropea. De forma completamente inesperada y en tiempo récord los Estados Miembro han logrado forzar a Viktor Orban para que levantara, indirectamente, el veto con el que lleva semanas amenazando. El líder húngaro llegó esta mañana a Bruselas diciendo que no pasaría, que el país no está preparado, que no cumple los requisitos, que una posible entrada en la Unión amenaza sus intereses nacionales. Y sin embargo, pocas horas después, se encontró una vía, extraña, nada habitual, controvertida y que puede terminar en algún momento ante la Justicia europea: invitarle a irse de la sala mientras se tomaba la decisión.
“El Consejo Europeo ha decidido iniciar negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia. Hemos concedido también el estatus de candidato a Georgia. Y la UE iniciará negociaciones con Bosnia y Herzegovina una vez que se alcance el grado necesario de cumplimiento de los criterios de membresía, por lo que ha invitado a la Comisión Europea a que presente un informe antes de marzo con miras a tomar tal decisión. Una clara señal de esperanza para sus pueblos y para nuestro continente”, ha celebrado en un tuit el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
“Esta es una victoria para Ucrania. Una victoria para toda Europa. Una victoria que motiva, inspira y fortalece”, ha celebrado el presidente ucraniano Volodimir Zelenski desde Alemania. Hubo mucha discusión sobre si debía acudir al Consejo Europeo en persona, como ha hecho en muchas ocasiones ya. Pero dada la posición del Gobierno de Budapest se juzgó poco apropiado. “Hoy sentimos el cálido abrazo de Europa. Gracias por su apoyo y fe en nuestro viaje. Estamos comprometidos con el arduo trabajo necesario para convertirnos en miembro de la UE. Moldavia está dispuesta a afrontar el desafío”, ha coincidido su primera ministra, Maia Sandu.
Fuentes diplomáticas dicen que para zanjar la cuestión se ha presentado la opción de la apertura de negociaciones oficiales y “nadie ha presentado objeciones”, y ahí está la clave. Orban no se opuso porque no estaba en la sala cuando se tomó la decisión. No se le expulsó, ni nada parecido. Fue una decisión de mutuo acuerdo para cuadrar el círculo. “Hemos estado ocho horas reunidos. La posición de Hungría es clara: Ucrania no está preparada para empezar las negociaciones de adhesión, es un sinsentido completo, irracional y la decisión equivocada en estas circunstancias. Y por eso Hungría no va a cambiar su posición. Por el otro lado, 26 países insisten en que es lo que hay que hacer. Por eso hemos decidido que si quieren hacerlo, lo hagan a su manera. No queremos formar parte de esa mala decisión”, ha escrito en su perfil de Facebook.
En Europa las cosas nunca se hacen así, pero esta era también una situación completamente extraordinaria. La UE quiere vender unanimidad, pero no la tiene, no a 27. El mensaje de Orban es que se sigue oponiendo, que no ha cambiado de idea, pero que como 26 insistían, se ha echado a un lado. Políticamente delicado pero jurídicamente aún más, y los servicios legales de las instituciones están estudiando una salida probablemente sin precedentes.