La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó permiso a la empresa privada Angeles Mine Corp, dirigida por el empresario Rubén Abraham Reyes Flores, para llevar a cabo la extracción de oro en la localidad de El Patole, en Sinaloa.

Ante la situación, el Cártel de Sinaloa tomó las riendas del proyecto sin requerir autorización alguna del gobierno. Desde hace dos años, el cártel ha estado operando la zona minera de San Ignacio, explotando aproximadamente 2.5 kilómetros de terreno en busca de minerales preciosos.

Utilizan técnicas de minería aluvial en la zona de playa, donde han excavado al menos 100 pozos de hasta cuatro metros de profundidad para cribar arena con filtros. Este proceso implica el uso de químicos y agua extraída del mar, que es bombeada con mangueras y motores.

A pesar de la presencia de surfistas, en su mayoría turistas, y de la anidación de tres especies de tortugas marinas en la zona, las actividades mineras del cártel son toleradas y están a la vista de todos, ya sea desde tierra o mediante imágenes satelitales.

El proyecto minero originalmente propuesto por Angeles Mine Corp buscaba explorar dos puntos específicos a lo largo del río Piaxtla, aguas abajo del pueblo de San Ignacio, y otro en las playas de El Patole, en una zona que alberga campos agrícolas y granjas acuícolas. El objetivo era la extracción de arenas y grava aurífera mediante un sistema de cribado gravitatorio para recolectar oro.

En la actualidad, la región de El Patole, cerca del pueblo de Dimas, ha sido silenciada por la presencia de grupos criminales y está inundada de hombres que operan maquinaria para la extracción y cribado de arena en busca de oro.