Por más que se quieran encontrar méritos en Rosa Icela Rodríguez para ocupar la Secretaría de Gobernación, más allá de la amistad y fidelidad al obradorismo, todos escarban en el vacío.
Como Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana se lleva el récord de muertes dolosas desde que se tienen registros del combate al crimen organizado, bueno, con la ayuda de Alfonso Durazo Montaño, en los primeros dos años del sexenio.
O tal vez se considere, como en los últimos 4 sexenios, que Gobernación debe achicarse cada vez más, bueno, hasta Luisa María Alcalde fue ubicada en ese rincón de la burocracia federal, y por más daño que trataron de hacer las torpezas de Adán Augusto López, pues ya no había tanto que descomponer en la Secretaría.
Sin Embargo hay que esperar a los planes de Claudia Sheinbaum Pardo, porque esa dependencia antaño muy poderosa, podría liberarla de mucho trabajo político de segundo orden, a diferencia de Andrés Manuel López Obrador, que se metía en todo sin conocimiento alguno, hasta quiso frenar el virus del Covid con estampitas religiosas, y el conjuro “Detente demonio”.
Al parecer Mario Delgado Carrillo llega a la Secretaría de Educación Pública, después de que no se encontró nada más, en los bosquejos a lapiz del gabinete.
Seguro alguién recordó: “¡Ahhh, fue Secretario de Educación año y medio con Marcelo Ebrard!”, o sea nada, a pesar de que esa dependencia en la CDMX es casi un membrete. De nuevo, o sea nada.
Sin embargo Mario tuvo la hazaña de anular a los líderes “puros” morenistas en la contienda interna del partido, además de demostrar que la fidelidad es una materia moldeable, capaz de tomar una larga distancia de su mentor Marcelo, y hacer un trabajo que, como dice el clásico: “haiga sido como haiga sido”, entregó resultados electorales que rebasaron todas las expectativas.
Habrá que ver qué hará el nuevo titular de la SEP con el legado bolchevista de Marx Arriaga y su compañero venezolano Sady Arturo Loaiza, el chavista que diseñó los Libros de Textos. Aunque ya hay muchos vuelos del AIFA directo a Caracas.
Cuando le ofrecieron las perlas de la virgen a Omar García Harfuch a cambio de despejarle el camino a Clara Brugada Molina, en la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, el pase de la Guardia Nacional al Ejército era un deseo de Andrés Manuel López Obrador, y la mayoría calificada en el Congreso una ilusión lejana.
Pero resulta que a partir del 1 de septiembre Andrés Manuel podrá concretar su sueño de pasarla a la Secretaría de la Defensa, hasta el momento en manos de Luis Crescencio Sandoval, a pesar de que las Fuerzas Armadas son parte responsable del fracaso en la lucha contra el crímen organizado, y la encuesta de El Financiero la semana pasada reprobó en seguridad al que dice en la mañanera “que ya se va, que ya se va”, pero no se le ven muchas ganas, vaya, ni el Wall Street Journal le ve ganas.
Ayer presentó Claudia Sheinbaum a Harfuch como el natural titular de la SSPC, por sus méritos en la Ciudad de México.
¿Acaso el ex amigo y ex colaborador de Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino se va a conformar con una Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, totalmente descafeinada?
¿Acaso Andrés Manuel se encontrará sorpresivamente con virtuales piedritas en el camino, puertas por una virtual?
Nada se puede decir de Ariadna Montiel Reyes que no hayan dicho los programas sociales, las becas y pensiones que construyeron la victoria aplastante del 2 de junio.
La Secretaria de Bienestar recibió la bendición de la virtual presidenta Claudia Sheinbaum para repetir en el cargo.
Funcionó la campaña de terror: “Si no votas por Morena te van a quitar los programas sociales”, la gente simplemente salió a las urnas a asegurar su dinero en efectivo que reciben mes a mes, y para afianzar el propósito, antes de la elección les adelantaron meses de efectivo.
Amor y fidelidad del pueblo bueno que se compra en efectivo.
