Tras asumir la investigación, la Fiscalía General de la República (FGR) descubrió varias irregularidades en el registro de datos de la necropsia: el video presentado por la Fiscalía de Sinaloa sólo muestra un disparo, aunque la víctima recibió cuatro; y además, se permitió la incineración del cadáver, contraviniendo los protocolos establecidos para este tipo de investigaciones.
En un comunicado, la FGR informó que estas anomalías e inconsistencias fueron detectadas por peritos y analistas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), tras revisar la copia certificada de la carpeta de investigación proporcionada por la Fiscalía de Sinaloa.
“La necropsia no establece de forma adecuada los signos cadavéricos inmediatos, como la temperatura, signos tanatológicos, livideces, ni la descripción correcta de la evolución del cuerpo”, señaló la Fiscalía Federal. “Además, no se cumplieron las medidas de preservación del cuerpo por parte de las autoridades involucradas, permitiendo una incineración que contraviene las prácticas forenses en investigaciones de homicidios”.
La FGR también cuestionó las omisiones e inconsistencias en la versión de que Cuén fue asesinado la noche del 25 de julio en una gasolinera de Culiacán, tal como difundió inicialmente la Fiscalía de Sinaloa, que más tarde presentó un video del supuesto crimen.
La dependencia federal señaló que el número de disparos que recibió Cuén no coincide con lo que se escucha en el video, mientras que los testigos en el lugar declararon no haber oído detonaciones.
“El cuerpo de Cuén presenta un fuerte hematoma en la cabeza y cuatro impactos de bala en las piernas. Sin embargo, en el video de la gasolinera, que tiene sonido, solo se escucha un disparo. Además, los tres empleados de la gasolinera afirmaron no haber escuchado disparos”, señaló la dependencia.
“Tampoco se identificó con precisión la fisionomía de los ocupantes de la camioneta, no se realizó una reconstrucción detallada del evento, ni se procesó criminalísticamente el lugar de los hechos o el vehículo involucrado. A pesar de haber manchas de sangre humana en la batea de la camioneta, no se realizaron peritajes ni se tomaron determinaciones al respecto”.
En una carta que dio a conocer el 10 de agosto, Ismael “El Mayo” Zambada afirmó que Cuén fue asesinado la mañana del 25 de julio en el rancho y centro de eventos Huertos del Pedregal, a las afueras de la capital de Sinaloa.
“Se que la versión oficial que presentan las autoridades de Sinaloa es que Héctor Cuén fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que intentaron robar su camioneta. Eso no fue lo que ocurrió”, declaró el presunto narcotraficante.
“Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron. Héctor Cuén era mi amigo desde hacía mucho tiempo, y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, de quienes nadie ha vuelto a saber”.