
Ciudad de México, 5 de agosto de 2025.— La reciente fuga del ciudadano chino Zhi Dong Zhang, presunto operador financiero de redes del narcotráfico vinculadas al Cártel de Sinaloa y al CJNG, amenaza con descarrilar el acuerdo de seguridad que negocian la presidenta Claudia Sheinbaum y el expresidente estadounidense Donald Trump, según reveló este lunes The Wall Street Journal.
Zhang, acusado de lavar hasta 150 millones de dólares en operaciones con drogas sintéticas, se encontraba bajo arresto domiciliario en la Ciudad de México mientras enfrentaba un proceso de extradición a Estados Unidos. Sin embargo, escapó por un agujero en la pared de su residencia, generando una ola de indignación tanto en Washington como en Palacio Nacional.
“El caso ha minado la confianza de Trump y su equipo en la capacidad del gobierno mexicano para contener al crimen organizado”, advirtió el diario financiero. Funcionarios estadounidenses ven la fuga como una muestra de “infiltración criminal” en las estructuras judiciales mexicanas.
La presidenta Sheinbaum, visiblemente molesta, atribuyó la evasión a una “decisión inaceptable del Poder Judicial” que permitió mantener a Zhang en una casa y no en un penal de alta seguridad. “La corrupción judicial nos está costando vidas y acuerdos”, habría dicho en privado, según funcionarios citados por WSJ.
El caso ocurre en un momento delicado para la relación bilateral. La administración Sheinbaum busca frenar una ofensiva arancelaria impulsada por Trump, quien ha amenazado con imponer tarifas del 30 % a las importaciones mexicanas si no hay resultados contundentes contra el tráfico de fentanilo.
En las últimas semanas, México ha desplegado más de 10,000 efectivos en la frontera norte, desmantelado laboratorios clandestinos y extraditado a 29 capos como señales de cooperación. Aun así, la fuga de Zhang representa un severo revés.
Zhang es considerado por autoridades de ambos países como un eslabón entre grupos criminales chinos y mexicanos, encargado de financiar rutas de contrabando de precursores químicos, fentanilo, cocaína y metanfetaminas hacia Estados Unidos.
El Departamento del Tesoro ya había sancionado a Zhang por su papel en redes transnacionales de lavado de dinero. Su fuga no sólo representa una burla al sistema judicial mexicano, sino una afrenta a la presión internacional para combatir el tráfico de drogas sintéticas.
“La impunidad de figuras clave como Zhang pone en jaque los esfuerzos diplomáticos y operativos”, subraya el Wall Street Journal, que concluye que el caso podría redefinir la narrativa de cooperación en seguridad entre ambos países.